Durante el 2022, se registraron poco más de 23 mil nuevos casos de cáncer de mama en México, según el INEGI. A pesar de ser el tipo de cáncer más frecuente en mujeres, existe el 95% de probabilidad de que sea curable si se detecta a tiempo.
Los nuevos comienzos se esconden en las decisiones más sencillas, decisiones que pueden cambiarte por completo. Para Miriam, una visita al médico para realizarse un estudio de mama fue la acción que marcó un antes y un después en su vida.
Miriam tiene 39 años, y desde muy joven detectó una pequeña bolita en uno de sus senos, lo que se convirtió en algo común para ella durante mucho tiempo. Las prisas del acelerado ritmo de vida actual, la hicieron olvidar aquella protuberancia que ya era conocida y “normal” en su cuerpo.
La decisión que cambió su vida
Hace un año, después de bajar de peso, Miriam comenzó a sentir que el tamaño de aquella bolita en el pecho parecía haber cambiado. La incertidumbre la llevó a consultar a un médico, quien claramente le dijo: “ninguna bolita en el cuerpo es normal”, lo que la hizo visitar de inmediato a su ginecóloga para realizarse un estudio de mama.
“Ninguna bolita en el cuerpo es normal. Entonces esas palabras a mí me hicieron mucho ruido y para los próximos días, tres o cuatro días, yo ya estaba consultando con una ginecóloga.” Recuerda Miriam.
Tras realizarse una serie de estudios en CHRISTUS MUGUERZA Hospital Conchita, el diagnóstico fue contundente: cáncer de mama. En aquel momento, para Miriam el mundo se detuvo, “no le entendía lo que él me estaba diciendo, pero sabía que no era nada bueno lo que me decía.” Desconcertada y en automático, caminó de vuelta a su trabajo sin aún digerir lo que había escuchado.
“Mi mente se puso en blanco completamente. No hubo nada en ese momento, no lloré, no me entró miedo, no nada, se puso en blanco por completo.”, comenta.
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Una luchar por ganar
Pasaron algunos días, y en medio de la confusión y el miedo Miriam comenzó a hablar con su familia y amigos sobre lo que le estaba sucediendo. Una fuerza en su interior la impulsó a luchar: su hijo, su mayor motivación, la llenó de esperanza y determinación para hacerle frente al cáncer.
“Entonces en ese momento ya cuando sé de esto, dije no me voy, esto no me va a ganar.” Expresa Miriam.
Desde que comenzó, su tratamiento ha sido agotador en ocasiones, pero nunca suficiente para rendirse. Sus papás, hermanas, esposo, amigos y sobre todo su hijo, son el motor y el apoyo que ha necesitado desde entonces. Las palabras de su médico, “sé una paciente a seguir”, se convirtieron en su mantra durante cada quimioterapia que recibió.
Más allá del miedo, una nueva vida
En poco tiempo todo ha cambiado para Miriam, la vida es distinta y no solo por esta batalla que ha tenido que luchar, sino también su manera de ver lo que le sucede; ahora valora más el tiempo que tiene con su hijo y con quienes ama, su manera de pensar es distinta y ha podido conocer su fortaleza.
“La vida la veo de otra manera. ¿Qué me enseña?, nunca creí que fuera tan fuerte como lo he estado siendo todos estos meses.” Expresa Miriam.
Hasta ahora, Miriam ha tenido un gran avance en su tratamiento, pero la lucha continua. Miriam nos enseña que la vida es un regalo; su valentía y determinación son una inspiración para todas aquellas mujeres que enfrentan un diagnóstico similar.
Un llamado a la acción
Por último, su mensaje es claro: “el cuerpo también te manda señales” no las ignores, e invita a todas las mujeres a que se den tiempo para la salud y a visitar al médico para realizarse los chequeos de rutina. El cáncer puede ser una enfermedad devastadora, pero con detección temprana y tratamiento adecuado, se puede vencer.
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