
Cuando Daniel nació, todo parecía estar bien. Sin embargo, al día siguiente, sus padres notaron que algo no estaba del todo normal: en su manita derecha tenía tres deditos pegados. “Sí, está sano, pero su manita…”, recuerda Jorge, su papá.
Aunque Daniel aprendió a adaptarse para escribir y jugar, había muchas actividades en las que batallaba: “Al andar en bicicleta no podía frenar con la derecha, solo con la izquierda. No podía extender completamente su mano”, cuenta Jorge.
La dificultad de costear una cirugía
Para la familia, pensar en una operación era prácticamente imposible. “Sinceramente, se nos sale de presupuesto una cirugía como esta”, dice Jorge.
En el pasado, Daniel ya había sido operado en dos ocasiones a través del Seguro Popular, ya que su familia no cuenta con seguridad social o por parte del estado. Pero ninguna de esas experiencias se comparaba con lo que vivirían en esta ocasión.
“Yo siempre le decía a mi hijo: ‘Cuando tenga dinero, te la opero’. Pero estaba fuera de nuestro alcance”, confiesa Jorge.
La esperanza de Una mano para tus manos
La oportunidad llegó gracias a un amigo que le compartió información del programa Una mano para tus manos. “Me mandó el número por WhatsApp, llamé y desde el inicio nos atendieron muy bien. Me pidieron fotos de la mano de mi hijo y después una llamada larga sobre cómo vivíamos. Estaba nervioso, pero respondí todo con sinceridad. Gracias a Dios nos aceptaron”, recordó.
La noticia fue motivo de gran alegría: “Fue la mejor noticia del mundo. Le dije a Daniel: ¡Ya te van a operar, y completamente gratis! ¿Qué más puedes pedir? Gratuito, ¿quién lo hace? Los doctores donan su tiempo y conocimientos, y eso también merece respeto”, afirma emocionado Jorge.
Un hospital que se siente como casa
El día de la cirugía, Jorge recuerda haber escrito una carta en agradecimiento:
“Me sentí mejor que en casa: el clima, la tele, el ánimo de ustedes, las ganas de que el paciente no piense en la cirugía o la anestesia. No tengo palabras para agradecer”.
Daniel también vivió la experiencia con entusiasmo: “Me gustó mucho el servicio, me sentí con confianza. Y lo que más me gustó fueron las burbujas, los juegos, las estampillas… y hasta me trajeron la mascota de los Tigres”.
El acompañamiento del personal fue clave también en la atención de Daniel: “No sé cómo las capacitan, pero (las enfermeras) siempre alegres, disponibles. Apenas picábamos el botón y de inmediato estaban ahí. Desde las enfermeras hasta la señora de limpieza… todos muy amables. Nos hicieron sentir muy bien”, comparte Jorge.

Una cirugía que transformó su vida
Hoy, Daniel puede mover su mano con libertad y seguridad. “Es lo que más quería: que su manita estuviera sana. Y ahora ya está. Estoy muy contento”, afirma Jorge emocionado.
El propio Daniel quiere dar un mensaje de aliento: “Que todo va a salir bien en sus operaciones. Van a poder mover la manita igual que los demás niños”.
Programas de Cirugías Gratuitas: salud y esperanza para todos
El programa Una mano para tus manos forma parte de los programas de responsabilidad social de CHRISTUS MUGUERZA y brinda cirugías gratuitas a niños con malformaciones congénitas en sus manos.
Nuestro compromiso es claro: ofrecer salud y esperanza a quienes más lo necesitan, apoyando especialmente a las familias que, como la de Daniel, enfrentan limitaciones económicas y no cuentan con seguridad social.
Como en esta historia, seguiremos trabajando para que más niños puedan crecer con nuevas oportunidades, porque en CHRISTUS MUGUERZA creemos en transformar vidas con amor, dignidad y cuidado.