Cuando Angy acudió a realizarse un chequeo rutinario durante el embarazo, su médico detectó lo que parecía ser un tumor benigno en el útero. El diagnóstico dio un giro inesperado en el momento del parto, cuando descubrieron que en realidad se trataba de sarcoma, un cáncer que ponía en riesgo su salud. Desde ese momento, comenzó una intensa lucha por su vida, enfrentando desafíos que nunca imaginó.
A tan solo 48 horas de haber dado a luz a su hija, Angy estaba viviendo muchas emociones, por una parte, la felicidad de ser madre por primera y vez y al mismo tiempo la incertidumbre de una enfermedad que desconocía.
“Fue un proceso muy complicado porque como toda mamá, entramos a un parto para salir con nuestra bebé, nuestro esposo y vámonos a casa, pero pues fue un panorama muy diferente. Tuve que quedarme más días a los estudios correspondientes”, expresó Angy.
Sarcoma: el diagnóstico que cambió todo
Los resultados arrojaron que Angy presentaba sarcoma, un tipo de cáncer inusual que se forma en los huesos y en los tejidos blandos del cuerpo que afectan a menos del 1% de la población.
El tratamiento comenzó inmediatamente en CHRISTUS MUGUERZA Hospital Alta Especialidad, con quimioterapias para reducir el tumor y así poder extirparlo mediante cirugía.
“Definitivamente, hay un antes y después con un diagnóstico de cáncer, pasas por muchas versiones”, compartió.
Tener a una bebé recién nacida y, al mismo tiempo, enfrentar una enfermedad de esta magnitud la llevó a momentos de crisis y de quiebre, sin embargo, tomó la decisión de apoyarse en quienes estaban a su lado, la “red de amor”, como ella describe a sus amigos, familia y a su esposo, a quien agradece por la fuerza, valentía y amor con que afronta a su lado cada momento.
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Un camino de lucha
Tras someterse a la cirugía para extraer el tumor, logró superar esta primera batalla con éxito. Sin embargo, meses después, el cáncer ha vuelto en la columna vertebral.
A pesar de las dificultades, Angy nunca se ha sentido sola, cada vez que acude al hospital, siente que está en casa. “Cuando se vive una situación así, uno busca justamente un trato humano, y eso es lo que siempre he encontrado aquí”, expresa.
Durante cada consulta, cada procedimiento y cada etapa del tratamiento, el equipo médico ha estado a su lado, atentos a cada detalle de su bienestar.
Para Angy, todo el personal de CHRISTUS MUGUERZA ha sido clave en su proceso de sanación. Desde los médicos que buscan las mejores opciones en su tratamiento, hasta las enfermeras que la cuidan con tanto ahínco, cada persona ha desempeñado un papel fundamental en su recuperación.
Más fuerte que nunca
La fortaleza y resiliencia han logrado que Angy esté segura de que podrá superar esta nueva prueba. Su familia y, sobre todo, su hija, son su mayor fuente de motivación para seguir luchando.
Su fe, la mantiene fuerte y confiada en su batalla. Para ella, ni el cáncer ni cualquier otro padecimiento la definen y de la mano de Dios, como ella menciona, está lista para seguir luchando como una gran guerrera.
“Te defines tú con lo que haces todos los días. Las ganas de salir adelante son las que realmente te definen, esas ganas que tenemos de vivir”, afirma.
