Después de 42 días en Cuidados Intensivos Neonatales, con un diagnóstico de restricción de crecimiento, la fuerza de Balbina y el amor de sus padres fueron el motor para salir adelante.
Samantha y Gastón se embarcaron en una aventura llena de ilusión cuando, al poco tiempo de casarse, se enteraron de que pronto tendrían un bebé. Sin embargo, a la semana 24 de embarazo, recibieron una noticia que cambió el curso del viaje: Balbina, su pequeña hija, había dejado de crecer lo suficiente en el vientre de su mamá.
Todo el tiempo, Samantha fue monitoreada por sus médicos, quienes a la semana 33 decidieron que era el momento de que Balbina llegara al mundo.
El 3 de noviembre, CHRISTUS MUGUERZA Hospital Alta Especialidad fue el lugar que vio nacer a la pequeña de tan solo 1.275 kg. Balbina fue trasladada de inmediato a la unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, mientras su papá la acompañaba en el trayecto y el resto de la familia podía contemplar a su nueva integrante, aunque fuera por un instante.
“Era una cosita pequeñísima, me la pegaron unos segundos y no lo podía creer, estaba en shock de que estaba super chiquita. Estaba también muy abrumada, nerviosa y con muchísimas emociones, tengo muy presente ese momento.” Recuerda Samantha, mamá de Balbina.
Samantha, recuperándose de la cesárea y con muchísimo esfuerzo visitaba todos los días a su pequeña que se encontraba en la incubadora para estar un momento con ella y decirle lo mucho que la amaba.
Balbina UCIN
Balbina permaneció 42 días en cuidados intensivos. Durante ese tiempo, Samantha y su esposo vivieron una montaña rusa de emociones: la alegría de ver su progreso, la angustia ante las dificultades, la esperanza que nunca se apagó.
El equipo médico y el equipo de enfermería con su profesionalismo y cariño se convirtieron en un pilar fundamental para toda la familia. Para Samanta el proceso resultó más ligero gracias al cuidado y el amor que siempre le dieron a Balbina y al acompañamiento que ella recibió durante la cirugía, el postparto y la lactancia donde la guiaron en su nuevo camino como madre.
También, sentirse como en casa y poder compartir un momento privado entre Gastón, Samantha y Balbina en aquella habitación que solo compartía con otro bebito, es una de las cosas que más agradecen.
“Todas las enfermeras: Andy, Miriam, Almita, Oscar, Chely, todas las que estaban en UCIN, mis respetos y mi admiración porque se ponían en mi lugar. Decían somos mamás y entendemos esta parte. Había mucha empatía.” Comenta.
El 15 de diciembre, después de la graduación que el equipo de UCIN organizó para ella, Balbina finalmente pudo regresar a casa. Con un peso de 2.105 kg, la pequeña había ganado la batalla. Hoy, a sus dos meses de vida en casa, Balbina pesa 4.300 kg y crece feliz y radiante.
“El último día le hicieron su graduación; le dieron un diploma y dijeron unas palabras hermosas. Super bonito.”
Samantha, con agradecimiento, comparte su historia como un mensaje de esperanza para otras familias que se enfrentan a situaciones similares. Su experiencia le ha enseñado el poder de la fe, la confianza en los profesionales médicos y, sobre todo, la fuerza inquebrantable de un amor maternal que todo lo puede.
“Confíen en sus bebés, yo no confiaba, le tenía mucho miedo a lo que pasara y ella me demostró que es más fuerte que todo, que es una bebé super guerrera.” Finaliza Samantha
Balbina Familia