¿Qué es la dermatitis infantil y cómo tratarla?

La dermatitis atópica es el nombre que se le da a irritaciones persistentes que causan comezón y que se presentan en personas con piel sensible e irritable. Es común en los lactantes y en los niños y tiende a desaparecer con la edad. Puede curarse por un tiempo largo, y luego reaparecer. La causa es desconocida. Se trata de un defecto en la “construcción” de la piel que se presenta en algunas familias. Las personas con este problema padecen de una piel seca que se irrita fácilmente con jabones, detergentes, prendas de vestir de polyester, sudor, polvo, y algunas hierbas. Los climas extremosos agravan el problema. Algunas alergias tienden a agravar el problema, pero no lo causan, por lo tanto, la dermatitis atópica no se debe a una alergia. Las manifestaciones más importantes son: la comezón y la piel seca. La comezón trae erupciones en la piel que aparecen por lo general en los pliegues de la piel como codos y parte posterior de las rodillas, también en el cuello y axilas. Si no se atiende a tiempo, estas erupciones pueden infectarse con microbios agresivos y empeorar el problema, esto se debe, principalmente, a la acción de rascar la piel.

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No es posible una curación permanente, ya que es un defecto de la piel que ha sido heredado en la familia. Las recomendaciones para mantener controlado este problema son:

  • Mantener la piel hidratada en todo momento, sobre todo, después del baño, ya que la piel húmeda ayuda a la hidratación. Las cremas o lociones hidratantes deben ser lo más sencillas: sin perfumes, colorantes, vitaminas, colágeno, etc. Si es necesario, aplicar la hidratación cada 3 o 6 horas. Los baños coloides a base de soya son muy útiles para mejorar la comezón.
  •  Los jabones empeoran el problema, ya que irritan y secan la piel. Lo recomendable es usar poco jabón durante el baño y procurar ducharnos con agua tibia. Evitar el agua caliente y los baños prolongados. El jabón de avena es útil en estos casos. Aplicar siempre un hidratante después del baño.
  • Usar ropa ligera, fresca y de preferencia de 100% algodón, mantenerse en lugares frescos, ya que el sudor empeora el problema.
  • Evitar el contacto de la piel con ropa de lana, poliéster, y telas rugosas como alfombras o tapices. Evitar el contacto con hierbas y tierra, así como evitar las picaduras de insectos.
  • Mantener las uñas cortas y limpias y así evitar infecciones al momento de rascarnos.
  • Si el médico receta cremas medicadas, se deben dar seguimiento en consultas subsecuentes.

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