¿Te ha pasado que no puedes controlar la tentación de comer golosinas o postres en la oficina o se te hace muy difícil elegir el lugar y lo que vas a comer en un día de trabajo? No te apures, esto es algo que le pasa a más de uno, sobre todo en el ambiente laboral. Pero cuidado: si no estás consciente de lo que comes podrías estar consumiendo calorías de más durante el día.
Hay que recordar que cuando consumimos más calorías de las que gastamos, es decir, cuando comemos de más pero no hacemos ninguna actividad física extra que nos ayude a quemar esas calorías, éstas se almacenarán como grasa corporal en el cuerpo y se convertirán en triglicéridos. Lo peor es que esto no sólo afecta tu figura, sino que puede resultar muy malo para tu Salud.
Como no queremos que esto te pase a ti, hemos reunido estos 10 consejos para acabar con la mala alimentación en la oficina. Antes de empezar recuerda que la clave está en elegir alimentos saludables en las porciones correctas y realizar alguna actividad física para tener un peso saludable. ¡Toma nota!
- Siempre desayuna: Existen varios estudios que demuestran que las personas que desayunan antes de salir de casa tienen un peso saludable y un menor riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad mórbida y algunas enfermedades gastrointestinales. El desayuno es el alimento más importante del día ya que ayuda a acelerar el metabolismo y a controlar el número de calorías que se consumen a lo largo del día. ¿Qué puedes comer? Opta por incluir alimentos ricos en proteína como el huevo, jamón, leche o yogurt, pues éstos te darán una sensación de saciedad el resto de la mañana, y te ayudarán a sentirte más despierto y más alerta para tus ocupaciones matutinas.
- Date tiempo para una merienda: Comer entre comidas ayuda a controlar la ansiedad, además mantiene a tu organismo trabajando para evitar que llegues a la comida o a la cena con un hambre terrible. Lo ideal es hacer una merienda a media mañana y otra a media tarde y no excederse de 100 o 200 calorías en cada una de ellas. Te recomendamos que elijas frutas, yogurt bajo en grasa, galletas integrales, barras de cereal, y nueces o cacahuates con poca sal. Recuerda revisar los empaques de lo que vas a consumir para evitar que tu porción tenga más calorías de las que deseas.
- Toma agua, mucha agua: A veces confundimos la sed o la ansiedad con hambre. El agua, además de ser vital para el correcto funcionamiento de tu cuerpo, ayuda a eliminar las toxinas de tu organismo. No olvides consumir al menos 2 litros de agua al día.
- Lleva tu propia comida a la oficina: Elige llevar tu comida a la oficina por lo menos 3 días a la semana y date permiso de comer fuera el resto de los días, sólo recuerda no excederte. La comida casera es la mejor elección que puedes hacer, ya que te permite tener un mejor control de las proporciones que consumes, usualmente tiene menos grasa y menos sal, además es mucho más económica. ¿Qué puedes comer? Lo ideal es llevar un recipiente con divisiones con tapa y seguir la siguiente distribución: un tercio de vegetales, un tercio de proteína (busca carnes sin mucha grasa) y un tercio de carbohidratos complejos, como pasta, papa, tortillas o arroz integral. Sabemos que cuando trabajas es difícil organizarse para hacer la comida, pero puedes intentar prepararla cuando estés cocinando tu cena. Así, al día siguiente sólo tienes que recordar sacarla del refrigerador.
- Incluye proteína en tu alimentación: Recuerda que la proteína es el tipo de alimento que brinda saciedad. Por lo tanto, las probabilidades de sufrir un ataque de ansiedad a media tarde serán menores si consumes suficiente proteína durante el día. Procura siempre incluir en tu alimentación alguna carne magra (con poca grasa interior y exterior) como bistec de res, pechuga de pollo sin piel, pavo, pescado, atún en lata, etc. Intenta que estos alimentos estén preparados con poca grasa: a la plancha, a la parrilla, en el horno, asados o al vapor.
- Elige bien los carbohidratos que consumes: Los carbohidratos son nuestra principal fuente de energía, pero abusar de ellos puede resultar en un aumento de peso. ¿Qué puedes comer? Elige harinas altas en fibra como pan y pasta. También puedes comer arroz integral, tortillas de maíz, leguminosas, elote y papa con cáscara. Estos alimentos te darán más horas de energía ya que tu organismo los absorbe lentamente. Trata de limitar o eliminar de tu consumo otros carbohidratos como dulces, galletas y panes con mucho azúcar, y refrescos. Éstos sólo harán que te dé más hambre en poco tiempo. Recuérdalo: todo con medida.
- Si tienes que comer fuera: Elige porciones adecuadas y balanceadas. Opta por llenar tu plato con más proteína y vegetales y evitar o limitar las frituras o alimentos preparados con mucha grasa. Para beber puedes elegir bebidas bajas en azúcar o agua natural. Un tip: Si tu plato es muy grande, come la mitad y pide el resto para llevar.
- ¡Fuera tentaciones!: ¿Te regalaron un chocolate o unas frituras? No tienes por qué comértelo en ese momento. Divídelo en varias porciones y consúmelo despacio en el transcurso de varios días, o compártelo con tus compañeros.
- Controla la ansiedad: No olvides tener a la mano una taza para prepararte un buen té relajante, el cual, además de ayudarte a disminuir el riesgo de caries si es consumido 20 minutos después de las comidas, te ayudará a calmar la ansiedad. Puedes tener un par de bolsitas de tu té preferido en la bolsa, o en un cajón de tu escritorio.
- Realiza alguna actividad física: No es un secreto que realizar actividad física regular al menos durante 30 minutos al día te ayudará a quemar aquellas calorías que hayas consumido de más. Opta por elegir actividades como correr, hacer bicicleta o nadar. Si no tienes tiempo o un espacio adecuado para esto, siempre puedes recurrir a videos con ejercicios que puedes hacer en tu casa.