De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas alrededor del mundo viven con depresión.
Este mismo organismo sostiene que esta enfermedad provoca angustia mental y repercute en la capacidad de las personas para realizar sus actividades diarias ocasionando efectos dañinos sobre las relaciones con la familia y los amigos.
Contrario a lo que puede creerse, de acuerdo a la OMS, está enfermedad puede afectar a cualquier persona incluso niños, hoy Patricia Chong, psicóloga del Programa de Atención y Escucha de CHRISTUS MUGUERZA nos dice cómo actuar ante una situación de este tipo cuando quienes la viven son nuestros hijos ya sean niños o adolescentes.
De acuerdo a Patricia Chong, la depresión infantil puede deberse a que, en ocasiones, “puede haber mucha exigencia y poca recompensa por parte del entorno”, lo cual provoca que el niño piense que no cuenta con “los mecanismos suficientes para sentirse amado, protegido o cuidado, afectivamente hablando”.
Algunas de las situaciones que pueden ser motivo de alarma para detectar la depresión infantil son las siguientes:
- Pérdida del apetito.
- Aislamiento
- Desinterés por las cosas que le provocaban gran interés, por ejemplo, su juego favorito.
- Alternaciones en las horas de sueño, es decir, el niño puede tener insomnio, o bien, dormir en exceso.
- El niño puede presentar una actitud irritable acompañada de reacciones exageradas.
- Hay alteraciones en el dormir, por ejemplo, puede haber insomnio o dormir en exceso.
- Actitud irritable acompañada de reacciones exageradas.
La depresión y la adolescencia
Sin duda una de las etapas más difíciles en la vida de un ser humano es la adolescencia, y debido a la gran variedad de cambios emocionales que se presentan en esta etapa es difícil emitir un diagnóstico de depresión, sin embargo, de acuerdo a la psicóloga Patricia Chong, será la prevalencia (tiempo) el factor que determine si se trata o no de depresión.
“El adolescente tiene muchos cambios a nivel fisiológico, entonces hay tiempos donde pareciera que se ve como depresivo, pareciera que se ve como ansioso, pero éstos son producto de los cambios hormonales, ¿qué es lo qué hace la diferencia con la sintomatología? la prevalencia, cuando tú dices, ‘oye para ser un tema hormonal, ya pasó un tiempo’, es porque algo más está pasando en la vida del niño o algo más está pasando en la vida del adolescente”, explicó.
Iniciar terapia psicológica
Cuando se ha identificado que algo anda mal con la salud mental de nuestros hijos lo importante es no dejarlo pasar y acudir a un especialista. De acuerdo con la psicóloga Patricia Chong, durante una sesión de terapia psicológica infantil los padres deben estar presentes, pues de esta manera se logra un trabajo más ordenado en el que ellos también son testigos de los pensamientos de sus hijos.
“Por lo general el terapeuta infantil siempre trabajará de la mano de los papás, hará comentarios, establecerá algunas tareas, pedirá apoyo a la familia. (Anteriormente) el trabajo con el niño solo era un trabajo como muy pensado tradicional, muy centrado en la sintomatología sin tomar en cuenta a los papás, hoy en día el trabajo es mucho más sistémico, mucho más ordenado y tienes que trabajar con los papás, incluso, en algunos casos hasta con la escuela, tienes que ser incluyente”, comentó.
Contrario a la creencia que la terapia psicológica puede centrarse únicamente en una conversación entre el psicólogo y su paciente, en la terapia infantil puede hacerse uso de juegos y dinámicas para lograr que el niño sienta confianza y pueda expresar sus sentimientos.
“Existen profesionistas ya con alguna especialidad en el área pediátrica entonces emplean algunas actividades a trabajar precisamente con ellos, con los niños, con la idea de ganar este nivel de confianza y empezar a platicar.
“El psicólogo que trabaja con niños o con adolescentes no es lo que normalmente podríamos imaginar que sucede con adultos que se le pasan platicando, no, acá podemos estar jugando juegos de mesa, podemos estar jugando en la alfombra y, a través del juego, el niño nos está platicando de lo que siente o de lo que está percibiendo”, explicó.
Consecuencias
No atender la depresión infantil puede traer serias consecuencias para quien la padece y para su familia, algunas pueden verse de manera inmediata como el deterioro en las relaciones sociales, o bien, pueden explotar durante la edad adulta.
“las consecuencias pueden ser fuertes, no las ves de manera inmediata sino es algo que se está ahí dando y que puede salir en la etapa de la adolescencia o en la etapa del adulto joven ahí pueden aparecer, entonces tienes promiscuidad dentro de las relaciones, tienes inestabilidad emocional dentro de las relaciones sociales y afectivas”, explicó Patricia Chong.
Como te habrás dado cuenta la salud mental es igual de importante que el bienestar físico, por eso asegúrate que tus hijos reciban una atención adecuada que les ayude a tener una mejor calidad de vida.