Practicar una actividad física es bueno para tu bienestar, sobre todo cuando lo haces regularmente. Pero, ¿te has preguntado qué y cuánto deberías comer si estás haciendo ejercicio? Pues bien, hoy es tu día de suerte: aquí te presentamos algunos datos que tal vez no conocías sobre la nutrición y el ejercicio.
- El agua es vida
La más básica de todas: tomar agua. Puesto que el 90% de nuestro cuerpo se compone de agua, es importante que nos encontremos bien hidratados en todo momento, pero especialmente cuando hacemos ejercicio.
¿Sabías qué tomar suficiente agua reduce las probabilidades de calambres y esguinces? Esto porque mantiene lubricados los músculos y las articulaciones, y mejora la resistencia de los ligamentos; además, ayuda a eliminar las toxinas y los desechos del cuerpo.
Para no deshidratarte cuando te ejercitas, debes tomar aproximadamente medio litro de agua por cada hora de ejercicio que hayas hecho. Y si la actividad física sobrepasa la hora y media, es recomendable tomar bebidas con electrolitos para recuperar los perdidos.
- Los carbohidratos NO son el enemigo
Muchos entrenadores recomiendan dietas bajas en carbohidratos, pero éstas en realidad pueden hacerte mucho daño. Puesto que los carbohidratos son la principal fuente de energía de nuestro cuerpo, si hacemos actividades físicas de alto rendimiento y no comemos carbohidratos, nos vamos a sentir muy mal porque nuestro cerebro funcionará pobremente. Las frutas, las barras de granola y los cereales y panes integrales son saludables si los consumimos en dosis adecuadas.
- No todas las grasas hacen llantitas
Algunas grasas son buenas. Por ejemplo, hay ciertas vitaminas que usan las grasas como transporte para cumplir su función. Otras ayudan a hacer hormonas. La cosa no es dejar de comer grasas cuando hacemos ejercicio, sino elegir las adecuadas.
Las buenas
- Aceite de oliva
- Aceites vegetales
- Aguacate
- Nueces
- Almendras
- Cacahuates
- Crema de cacahuate
- Cuidado con las proteínas
Las proteínas son geniales, y son necesarias para reparar tejidos. Pero no quieres consumir demasiadas. A diferencia de las grasas, las proteínas no se almacenan ni se quedan en tus caderas o tu hígado. Esto significa que cuando comes más proteínas de las que necesitas, tus riñones tienen que trabajar más para desechar los excedentes. Y eso no tiene nada de malo, a menos de que pase muy seguido. Si tienes una dieta muy alta en proteínas por un tiempo muy largo, puedes llegar a sufrir de daño en riñones e hígado, piedras en los riñones, descalcificación en los huesos, y otros problemas de salud.
- Equilibrio ante todo
La mejor forma de cuidar tu alimentación cuando haces ejercicio no tiene nada de nuevo: tienes que balancear lo que comes y asegurarte de incluir los nutrientes necesarios en tus comidas. Sin embargo, aquí hay unos cuantos tips que te pueden ser de utilidad si haces algún deporte o simplemente te gusta realizar actividades físicas con frecuencia:
- Come 5 veces al día. Además de tus tres comidas principales, incluye un par de refrigerios.
- Antes de hacer ejercicio, come una fruta o barrita integral. Eso te dará la energía que necesitas para un buen rendimiento. Pero no abuses, con una es suficiente.
- Después de hacer ejercicio, come un alimento rico en proteínas que le ayude a tus músculos a recuperar su fuerza. Los mejores son el atún, el pescado, el pollo y los quesos frescos.
- Si haces más de una hora y media de ejercicio al día, tus requerimientos nutricionales son distintos. Es importante que busques a un especialista en nutrición para que te asesore sobre la dieta que debes de seguir.
Ahora que ya lo sabes, ponlo en práctica. Actívate y aliméntate sanamente, tu cuerpo te lo va a agradecer. ¿Te gustaría agregar un punto más? Escríbelo en los comentarios y no te olvides de compartir esta información con quien tú quieras a través de tus redes sociales.