Los retos de una mamá moderna
Hoy en día las mamás tienen un montón de responsabilidades, y más aún si son madres que trabajan fuera de casa. Si es tu caso, seguramente estarás familiarizada con esta rutina matutina: despertar a los niños, vestirlos, preparar el desayuno mientras te arreglas para ir al trabajo, checar que nadie olvide nada, llevar a los niños a la escuela y, finalmente, llegar a la oficina para pasar 8 horas preocupada porque alguna de estas cosas no se pudo hacer perfectamente. No hay escapatoria, ser una mamá moderna es un reto. Entonces, la cuestión es: ¿cómo balancear la vida familiar y la vida laboral y ser feliz al mismo tiempo? Aquí te presentamos cinco tips para que puedas lograrlo sin morir en el intento.
- Organízate Obviamente, es más fácil decir que hacer. Organizarse toma tiempo y, para los que no tienen el hábito, puede ser aún más estresante que dejar todo a la deriva. A pesar de esto, te aseguramos que a larga verás los frutos de tu organización en las caras sonrientes de tus hijos y en la calma mental que obtendrás. Empieza por cosas pequeñas: por ejemplo, intenta tener todo lo que necesites en la mañana listo la noche anterior, como la ropa de los niños y el desayuno. Con esto no sólo llegarás más relajada al trabajo, sino que tendrás tiempo para hacer otras cosas, como prepararte tu café de la mañana sin correr. Luego, cuando ya tengas esto bajo control, puedes realizar un calendario con las actividades de la semana, en donde planees tu tiempo con tus hijos y tu pareja. Hay muchas aplicaciones, como Google Calendar, que son excelentes para este propósito, pero el papel y la agenda pueden funcionar igual o mejor.
- Libérate de la culpa A veces las cosas no parecen avanzar; estás más atrasada con los pendientes de la oficina que tus compañeras de trabajo y casi no ves a tus hijos. Está bien. Sabemos que haces tu mejor esfuerzo. Constantemente somos bombardeados con imágenes e ideas de lo que una madre perfecta debe hacer. El problema es que nadie es perfecto. Debemos quitarnos de la cabeza esa idea de perfección y aceptar que a veces las cosas no salen como uno espera y que eso es normal. En ocasiones (que pueden ser muy frecuentes) hay que compensar una cosa con otra. Lo importante es reconocer por qué estás haciendo lo que estás haciendo. Hay muchas razones para ser una madre que trabaja: puede ser para subsistir, para que tus hijos tengan un futuro, para desempeñarte en algo que te interesa o, por qué no, para ser feliz. Todas estas razones son válidas y no tienes por qué sentirte culpable. No dejes que los demás te hagan sentir así, ellos tampoco son perfectos y sólo tú sabes cómo vivir tu vida y criar a tus hijos. Pero sobre todo no seas tan dura contigo misma. Hay días en que te sentirás culpable inevitablemente, pero quedarse en esos sentimientos puede distraerte de tus metas. Rodéate de las fotos de tus hijos, así no perderás de vista la razón de tu esfuerzo y te sentirás mejor.
- Delega responsabilidades Una de las cosas que más estrés puede ocasionar en una madre trabajadora es buscar ayuda. ¡Así es! Muchas se quedan calladas, no dicen nada a su pareja y no tienen el valor de contratar una niñera o dejar a los niños en la guardería. Pero es importante comunicar tus necesidades, sobre todo a tu pareja, para poder repartir las tareas del hogar y que no se vuelvan abrumadoras. Si vas a contratar una niñera, asegúrate de que sea alguien de confianza y que tenga buenas referencias. Lo mismo con las guarderías; habla con el director y verifica que sea un lugar apropiado para tus hijos. Lo último que quieres es andar preocupándote en la oficina por esas cosas.
- Mantente en contacto Aunque no siempre podrás estar con tus hijos, es importante que mantengan una comunicación abierta. Háblales por el celular para preguntarles cómo están o cómo les fue en su día, y hazles saber que siempre pueden llamarte cuando lo necesiten. Esto demostrará que tienes interés por su bienestar y que no estás ausente por capricho, sino por ellos. Involúcrate en sus actividades en la medida de lo posible, pero no desesperes si no puedes llegar a sus eventos todo el tiempo. Puedes compensarlo con un pequeño regalo o detalle, como una nota personal. También puedes buscar que tu pareja o alguien más graben lo que te perdiste. De todas formas, tus hijos deben entender que eres una persona con intereses propios y responsabilidades aparte. Comprender esto les ayudará a ser más independientes y a acostumbrarse a que a veces tienen que valerse por sí mismos.
- Habla con tu jefe Un buen entendimiento entre tu jefe y tú te puede ayudar a balancear mejor las responsabilidades en casa y en el trabajo. Hablar con él es un punto algo delicado; cada uno es diferente y tú debes saber qué compartir y qué no. Pero si crees que él o ella tiene que estar al tanto de tu situación para poder hacer el trabajo bien, hazlo. Puede que ganes un aliado valioso que te permita manejar mejor tu tiempo en la oficina. Esto es especialmente importante para madres que piden permiso de maternidad. Hay que preguntar cuánto tiempo te permitirán descansar y cuánto de ese tiempo será con paga para evitar complicaciones después, sobre todo cuando vayas a regresar al trabajo. Por último, recuerda que ser madre no es el fin de tu carrera profesional ni mucho menos. Al contrario, ser mamá puede brindarte muchas habilidades que otros profesionistas no tienen, como un buen manejo del tiempo, la habilidad de ser empática y manejar varias situaciones al mismo tiempo. Ser mamá es algo de lo que debes estar orgullosa, pues al final es el mejor trabajo del mundo, ¿no lo crees?