Como bien sabes, la vida siempre presentará situaciones estresantes. Sin embargo, si permites que tus niveles de estrés se disparen y que se mantengan así demasiado tiempo, tú, tus equipos de trabajo y tus proyectos podrían terminar pagando un precio muy alto. Tal vez no podrás, ni tampoco deberías, eliminar el estrés completamente de tu vida, pero puedes aprender a manejarlo de modo que te favorezca en lugar de perjudicarte.
¿Por qué deberíamos preocuparnos acerca del estrés, especialmente en el trabajo? Según el Dr. Edward Hallowell, experto en el tema, existen muchas razones. Lo que a ti te puede parecer normal y conocido, una sensación de preocupación y ansiedad acerca de tus actividades cotidianas, podría estar impidiendo que logres tus metas personales y profesionales.
Si no se controla, el estrés tóxico puede:
- Reducir la productividad.
- Afectar la salud.
- Drenar energía. La preocupación y la ansiedad en exceso pueden dejarte agotado física y emocionalmente, afectando negativamente tu vida laboral y personal.
- Dañar las relaciones.
Cuando una persona percibe que está en una situación estresante se siente vulnerable e impotente ante lo que está ocurriendo, se siente inseguro y piensa que no podrá resolver la situación. Por lo tanto, esto aumenta la preocupación y la angustia. La mente preocupada tiende crear un futuro catastrófico lleno de amenazas y conflictos que probablemente no sucedan, pero que causan mucho estrés tóxico.
Pasos para romper el ciclo negativo del estrés según la Harvard Business Press (2009):
- Detén los mensajes negativos que están inundando tu mente.
- Respira inhalando profundamente y luego exhalando lentamente.
- Reflexiona sobre la situación: ¿Qué sí está en tu control y qué no?
- Busca una solución: Confía en tus capacidades y sé optimista.
¿Cómo reducir el estrés cotidiano? Comienza por eliminar el 90% de tus problemas. Aprende a darle a cada cosa la importancia que realmente tiene y eliminarás la mayor parte de las cosas que te causan estrés: tener el auto descompuesto, estar en el tráfico, llegar tarde a una junta, tener una discusión con un cliente, una computadora descompuesta, etc. son situaciones incómodas, pero no son problemas.
Pero, ¿qué tal si realmente se presenta un problema serio? El terapeuta Michael A. Singer, autor de “The Search for Truth”, sugiere que cultives una actitud de desapego. Esto no quiere decir que ignores o abandones el problema, sino que después de hacer lo que está en tu poder para resolverlo, descanses.
Así mismo, para propiciar un ambiente laboral más relajado, ayuda a tus equipos y a compañeros a aceptar los elementos que no se pueden cambiar en la empresa y a hacerse cargo de lo que sí se puede cambiar o reformar por medio de acciones concretas.
Recuerda que aprender a desapegarse de las cosas que no están en tus manos es uno de los grandes caminos para la paz interior. No permitas por ningún motivo que el estrés tóxico te dañe y confía en tu propia capacidad de solucionar cualquier reto que se presente en tu vida.