14 hábitos que te hacen aumentar de peso

¿Eres de los que batallan para bajar de peso, o bajas de peso y poco tiempo después vuelves a subir? Es probable que haya algunos malos hábitos en tu vida que no dejen ver las consecuencias positivas de tus esfuerzos. Por ejemplo, ¿sabías que distraerte mientras comes te provoca comer más cantidad de comida y por consiguiente ingerir más calorías? ¿O sabías que el tamaño de tu plato influye en la cantidad de alimento que consumes? Sigue leyendo y conoce algunos de los hábitos que puedes modificar para llegar a tu meta.

  1. No saber cuántas calorías consumes. A pesar de que se le pueden atribuir muchos factores al aumento de peso, la principal sigue siendo consumir más energía de la que se gasta. ¿Sabes cuántas calorías consumes al día? Para una persona con actividad física moderada, lo recomendado son 2000 kcal. Procura llevar un conteo y revisa los alimentos que comprar para que conozcas su valor nutricional.
  2. Comer en platos gigantes. Cuando se trata de platos, el tamaño importa mucho. Si tu plato se ve lleno, serás menos propenso a sentir que no has comido suficiente. Procura utilizar platos pequeños para que al mismo tiempo reduzcas tus porciones.
  3. Ir al supermercado sin una lista. Cuando creas una lista, eres consciente de lo que necesitas y no necesitas para perder peso y es más difícil caer en la tentación. Crea una lista y apégate a ella para evitar comprar los típicos antojos del momento.
  4. No tener un plan de alimentación. Sigue un plan de alimentación saludable: Tres comidas grandes con dos snacks, seis comidas pequeñas o lo que más se te acomode de acuerdo a tu ritmo de vida. Procura prepararlos un día anterior para que no tengas pretextos y no comas cualquier cosa durante el día.
  5. Comer fuera de casa muy seguido. Al ir a restaurantes (especialmente de comida rápida) es común consumir una mayor cantidad de alimentos o con propiedades calóricas más elevadas. Procura cocinar en casa cuando tengas oportunidad. Elabora tus alimentos un día antes para poder seguir tu régimen en los días de escuela o trabajo.
  6. Distraerte mientras comes. Las redes sociales, medios de comunicación o entretenimiento pueden provocar que ingieras más alimentos de los que necesitas si no le pones la atención debida a lo que comes. Procura que tu meta sea disfrutar de tu comida: apaga el celular, enfócate en lo que comes, mastica cuidadosamente ¡y disfruta de tu comida!
  7. No pesarte con regularidad. El pesarte regularmente te puede ayudar a adelgazar, pues tendrás presente tu meta y lo que te falta para cumplirla. No permitas que afecte tu compromiso o autoestima, sino tómalo como una motivación para seguir adelante. Recuerda que es normal tener fluctuaciones de peso.
  8. Consumir calorías líquidas. Hidrátate con agua natural siempre que puedas hacerlo. Olvídate de los jugos, las bebidas endulzadas o los refrescos e incluye en tu dieta este vital líquido. Procura remover de tu alimentación el café cremoso, con caramelo o crema batida, además de los tés con demasiada azúcar.
  9. Comer durante la noche. Comer demasiado tarde por las noches puede afectar tu digestión. Olvida esa locura de comer de noche y procura consumir tus últimos alimentos al menos dos horas antes de dormir. Si no puedes dormir, no busques solucionarlo con comida, mejor lee un libro o de escucha música.
  10. Síndrome del comer perfecto. No necesitas adherirte a una estricta dieta eliminando tantos alimentos de tu vida, pues eventualmente podrías sucumbir y sentirte culpable. Mejor procura incluir en tu dieta todos los grupos de alimentos en las porciones adecuadas.
  11. Comerte las emociones. ¿Estás aburrido, estresado o triste y en lo único que piensas en es comer? Sé consciente de tus alimentos, y come solamente cuando en verdad tengas hambre. Prueba tomar un vaso de agua cada vez que quieras comer un bocadillo por antojo.
  12. Consumir demasiada azúcar. Elimina ese hábito de comer algo azucarado en todos tus snacks. Cuando tengas un antojo de algún alimento dulce, ¿por qué no optar por fruta?
  13. No dormir lo necesario. Si no duermes lo suficiente, el balance de las hormonas que te producen el apetito se ve afectado, y podrías sentirte más hambriento durante el día. Procura dormir las horas que tu cuerpo necesita para un descanso de verdad (de seis a ocho diariamente), y haz un horario en el que te duermas y despiertes a la misma hora para que tu cuerpo se acostumbre.
  14. No tener tiempo para hacer ejercicio. Si 20 o 30 minutos te parece algo muy complicado, puedes encontrar maneras sencillas de ejercitarte durante el día: sube las escaleras en vez de tomar el elevador o aprovecha un momento de tu hora de comida para caminar. Cualquier cantidad de ejercicio es siempre mejor que estar sedentario.

A pesar de que nos cuidemos, a veces hacemos cosas que no sabemos que nos pueden afectar. Procura cambiar esos pequeños hábitos para tener una vida mucho más saludable.

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