En las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), la atención médica a menudo se asocia con tecnología avanzada, monitores y procedimientos complejos. Sin embargo, en CHRISTUS MUGUERZA, entendemos que la sanación va más allá de lo físico. Para nosotros, humanizar las UCI es devolver el alma al cuidado del paciente, creando un ambiente donde el personal, los pacientes y sus familias se sientan protegidos y acompañados en todas las esferas: física, emocional y espiritual.
¿Qué es la humanización y por qué es tan importante?
Humanizar no es solo tratar al paciente con calidad y calidez, sino concientizar a todo el equipo para ofrecer un cuidado verdaderamente personalizado. “La humanización en UCI es sensibilización del personal, del familiar y del paciente para que se sienta en un entorno protegido, no nada más físicamente, sino espiritualmente”, explica Mayra Vázquez, jefa de enfermería de UCIA en CHRISTUS MUGUERZA Hospital Sur.
Esto significa que la atención no se limita a un tratamiento, sino que se extiende a las necesidades emocionales del paciente. Como explica Mayra, se trata de ir más allá de lo técnico para que el paciente se sienta cuidado en todos los aspectos.
Para el equipo clínico, esta filosofía es un cambio radical. Antes, las áreas de cuidados intensivos eran lugares de aislamiento. Los pacientes estaban solos y las visitas se limitaban a horarios estrictos. Ahora, la humanización fomenta una colaboración constante con las familias. Como señala Mayra: “El personal clínico se prepara para aprender a trabajar con el familiar… en áreas críticas, antes, para hacer cualquier proceso de enfermería, les pedíamos que salieran, y ahora no. Se empezó a sensibilizar al personal de que sí o sí tiene que estar el familiar”.
Esta cercanía beneficia tanto al paciente como al equipo. La enfermera ya no es una extraña que entra y sale; se convierte en alguien que trabaja de la mano con la familia. Esta dinámica ha demostrado ser un factor clave en la recuperación más rápida de los pacientes, quienes se sienten más tranquilos y vigilados por sus seres queridos.
De hecho, Mayra comenta: “Se trabajó posteriormente para involucrar al familiar en procesos básicos, por ejemplo, lo voy a voltear, entran dos enfermeras, lo lateralizan, y el familiar puede estar a un lado, hablándole, tocándole la mano: ‘Aquí estoy contigo’. Y así, hacerlos partícipes de esos cuidados básicos, pero muy, muy importantes para el paciente”.
Iniciativas que transforman la experiencia
En CHRISTUS MUGUERZA, hemos implementado diversas iniciativas para llevar la humanización a un nuevo nivel:
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- Visitas 24/7: Las familias tienen acceso libre y constante a la habitación del paciente. Los horarios de visita estrictos ahora solo se aplican a amigos o conocidos. Esta medida es fundamental para que el paciente se sienta acompañado. “Se prolongaron las horas de visita y se dejó a un paciente día y noche. La visita se controla, pero solo para los que no son tan cercanos”.
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- Cuidador principal: Se designa a una persona de la familia como vocero principal. Este rol facilita la comunicación fluida entre el equipo médico y la familia, asegurando que la información sea clara y consistente para todos.
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- Visitas de menores de edad: Con el debido consentimiento y evaluación, los niños pueden visitar a sus familiares en la UCI. La experiencia ha demostrado que la presencia de un hijo o un nieto puede tener un impacto asombroso en el estado de ánimo y la recuperación del paciente.
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- Actividades de musicoterapia y frases motivacionales: Los pacientes pueden escuchar música en su habitación, y en los cristales de los cubículos se escriben frases de ánimo o versículos bíblicos.
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- Salidas al exterior: Cuando la condición del paciente lo permite, se les lleva al lobby o a la cafetería para que disfruten de la luz del sol, vean gente y cambien de ambiente, lo que mejora significativamente su bienestar emocional. Siempre tomando en cuenta su evolución y contando con la validación del médico tratante.
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- Terapia asistida con animales: Como parte de nuestra labor y ya en áreas de hospitalización, los pacientes que cumplen con ciertos requisitos pueden recibir la visita de los Dogtores, nuestros perritos que forman parte del programa de Terapia Asistida con Animales, lo que brinda un momento de gran alegría y confort.
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Los retos y el impacto en pacientes y familias
Es común que el cuidador principal se asuste con las alarmas o los sonidos de los monitores. Sin embargo, con el tiempo y la explicación constante del personal, las familias aprenden a reconocer lo que es normal y lo que no, incluso adelantándose a las necesidades del paciente. Esta participación no solo los tranquiliza, sino que también refuerza su confianza en el equipo de enfermería.
La respuesta de los pacientes y sus familias ha sido extremadamente positiva. Los testimonios reflejan que el simple hecho de ver a un familiar o sentir su mano puede acelerar la recuperación. Un paciente que recibió la visita de su hijo menor, aún entubado, pudo ser extubado poco después, afirmando que ver a su hijo lo ayudó a seguir adelante.
En situaciones de emergencia, como un código azul (paro cardíaco), se les da la opción a los familiares de presenciar la reanimación. Aunque es un momento muy difícil, la posibilidad de estar presentes y ver la actuación del equipo clínico ha demostrado darles una gran tranquilidad.
Un sistema que cuida a todos, incluidos sus Colaboradores
La humanización no se limita a los pacientes; también se extiende al personal. A través de programas de apoyo psicológico y terapias de relajación, nos aseguramos de que nuestro equipo esté física y emocionalmente listo para ofrecer la mejor atención. El cuidado es integral, por lo que se ofrecen servicios atención psicológica, para que los Colaboradores puedan manejar el estrés y cuidar de su salud mental. Este enfoque ayuda a que el personal se sienta cuidado y, a su vez, proyecte esa calma y seguridad a los pacientes y sus familias.
Los testimonios y agradecimientos escritos de puño y letra por los pacientes y sus familias son una prueba tangible de que esta filosofía funciona. Como Mayra lo resume perfectamente, “la humanización es un estilo de vida. Te sirve en lo laboral y te quedas tan acostumbrada a ser atenta, a ser más visual y a escuchar a los pacientes… se vuelve un estilo de vida”. Es un compromiso que va más allá del hospital, porque se trata de “hacer las cosas con ese gusto y ese cariño”. Lo que se vive en el trabajo, se comparte y deja una huella en alguien más.
El trato humano, el saludo al llegar, la atención personalizada y el compromiso de todo el personal son los elementos que demuestran a nuestros pacientes y sus familias que están en el lugar correcto, un lugar donde no solo se sana el cuerpo, sino también el espíritu.
