
En noviembre de 2024, Jaime, de 30 años, vivió una experiencia que le cambió la vida. Tras una salida con amigos, decidieron no conducir y abordar un taxi, pero en el trayecto, fueron impactados por otro vehículo.
“Fue en el mes de noviembre del 2024 cuando regresaba con unos amigos de un bar. Decidimos no manejar porque íbamos a tomar, y en ese trayecto fue que otra persona nos impactó y pues nos dejó bastante graves. Y pues en mi caso tuve que ser operado en dos ocasiones, una de ellas aquí en CHRISTUS MUGUERZA”, explica Jaime.
Una condición crítica y un traslado clave
Después del accidente, Jaime fue operado de urgencia por la ruptura del bazo en otro hospital. Su condición continuó deteriorándose hasta que fue trasladado a CHRISTUS MUGUERZA Hospital Vidriera, donde recibió una segunda intervención clave para salvar su vida.
“El martes mi condición era bastante complicada ya y mi salud se estaba deteriorando bastante. Es cuando me trasladan, me cambian los medicamentos y las atenciones, que yo empiezo a mejorar y en cuestión de 4 días e incluso con una operación más, me dieron de alta”, relata.
Una cirugía que marcó la diferencia
Durante su estancia en CHRISTUS MUGUERZA Hospital Vidriera, el equipo médico detectó líquido en la zona cardiotorácica, algo que no se le había identificado previamente.
Gracias a la evaluación y coordinación entre nuestros especialistas, se realizó una cirugía para retirar el exceso de sangre que comprometía su pulmón.
“Se platicó entre los doctores que me estaban atendiendo si era necesaria una operación. Me extrajeron 800 ml de sangre que estaban en la zona cardiotorácica y que estaban aplastando el pulmón. Entonces también me salvaron la capacidad pulmonar con esa operación”, recuerda Jaime.
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Cuidado humano en todo momento
Durante siete días, Jaime fue atendido en el hospital, donde el equipo médico y de enfermería se mantuvo cercano y atento, incluso durante la noche.
“No me sé los nombres, pero los enfermeros de la noche la verdad es que estaban bien al pie del cañón; sobre todo porque yo no podía hacer muchos movimientos sin cansarme, porque no podía respirar muy bien. 2 de la mañana, 4 de la mañana, 6 de la mañana, ahí estaban al pie del cañón”, resalta.
La calidad humana del equipo y el acompañamiento brindado también marcaron una diferencia emocional para él y su familia.
“Fue un cambio total. La atención fue bastante buena y realmente se comportaron muy bien con nosotros, con mi familia y con la gente que llegaba a visitarme. Entonces, yo estoy bastante agradecido porque me hicieron sentir que realmente iba a salir todo muy bien”.
Una nueva forma de ver la vida
Hoy, Jaime está completamente recuperado. No requirió terapias adicionales más allá de ejercicios respiratorios, y su recuperación fue rápida. Asegura que esta experiencia cambió su perspectiva sobre la vida.
“Yo veo imágenes del accidente y realmente es un milagro que hayamos salido todos con vida. El estar bien y estar con vida, pues es una bendición. Entonces sí cambia tu perspectiva totalmente, porque te das cuenta de que la vida es algo muy, muy efímero y que en un segundo se te puede escapar”, afirma Jaime.
Un mensaje de esperanza
Finalmente, envía un mensaje a quienes atraviesan momentos difíciles:
“Nunca se rindan, nunca bajen los brazos, pero sobre todo mantengan cerca de la gente que los quiere. Esa es la mayor fuerza”, finaliza.
Gracias a la atención oportuna del equipo de CHRISTUS MUGUERZA Hospital Vidriera, hoy Jaime puede contar su historia como testimonio de vida y de esperanza.