Muchos de nosotros deseamos poder levantarnos con una sonrisa cada mañana dispuestos a hacer ejercicio, tener todo el tiempo del mundo antes de ir al trabajo o no toparnos con tráfico. Sin embargo, muchas veces sucumbimos ante el poder del pequeño botón que dice cinco minutos más en nuestro despertador y de repente las seis de la mañana se convierten en siete, ya es tarde de nuevo y otra vez nos iremos sin desayunar.
La cantidad de horas que dormimos no es lo único que influye para despertarnos temprano, felices y productivos. Si eres de las personas que por alguna razón en las mañanas no tiene ánimos de contestar un “buenos días”, hoy te compartimos doce formas para que ames las primeras horas del día:
- Duerme más. Aunque parece lo más obvio, e incluso a veces molesto, del mundo, muchos de nosotros no sólo deseamos más horas de sueño, sino que las necesitamos. Justo así como hacemos tiempo para contestar mails, ir al gimnasio o salir con los amigos, es importante hacer espacio en nuestro día para dedicarle al descanso las horas que necesita. Es uno de los aspectos más importantes para nuestra Salud, pues lo que obtenemos gracias a una buena noche de sueño no puede ser reemplazado por nada más: ayuda a la memoria, mejora tu metabolismo, ayuda a la concentración y baja tus niveles de estrés. Te recomendamos dormir de 8 a 10 horas.
- Olvídate de la televisión en tu habitación. Si esto te parece demasiado drástico, asegúrate al menos de apagarla temprano. Dejar tu teléfono celular lejos de tu alcance también puede ayudarte a conciliar el sueño más fácilmente. Haz de tu habitación un lugar relajante para tu descanso, y trata de restringir tu contacto con las pantallas al menos una hora antes de dormir.
- Vete a la cama cuando te sientas cansado. No ignores lo que tu cuerpo está tratando de decirte. Si te sientes cansado no esperes demasiado para ir a la cama, pues no le darás a tu cuerpo el tiempo que necesita para recuperarse del agotamiento y esto puede significar poca productividad y baja motivación al día siguiente.
- Crea una rutina nocturna y un ambiente adecuado. ¿Qué te parece leer un poco o tomar un té caliente antes de ir a la cama? Lo que sea que escojas, asegúrate que sea una experiencia relajante que puedas repetir una noche tras otra para crear un hábito y tu cuerpo se acostumbre. Tu cuarto debe ser un espacio tranquilo y relajado, procura mantenerlo siempre limpio para que puedas sentirte tranquilo cuando estés ahí.
- Deja de postergar la alarma. ¿Sabías que cuando te despiertas muy somnoliento es porque uno de tus ciclos del sueño se vio interrumpido? Nuestro momento más profundo del sueño dura de 70 a 90 minutos, y es en este momento donde soñamos y descansamos más. Postergar tu alarma no te dará más descanso, al contrario, sabrás que dentro de poco tendrás qué despertar lo que puede provocarte mayor fatiga mental.
- Despierta y duerme todos los días a la misma hora. ¿Te ha pasado que abres los ojos unos minutos antes de que suene tu alarma? Ese es tu reloj interno haciendo su trabajo, así que no programes tu alarma pensando que puedes saltarte algunas cosas por la mañana para dormir un poco más. Si te despiertas y duermes siempre a la misma hora, eventualmente no necesitarás una alarma, sino que tu cuerpo sabrá cuándo despertar.
- Ejercítate por las mañanas. De acuerdo, tal vez pensarás que no es la mejor idea, que difícilmente puedes despertar para prepararte un café, mucho menos podrás despertar para ir al gimnasio, pero hacer ejercicio por la mañana te relaja y te inclina a comer mejor, acelera tu metabolismo y te da la energía necesaria para iniciar tus mañanas, lo que incrementa tu productividad.
- Exponte a la luz natural. Durante el día asegúrate de obtener una saludable dosis de vitamina D. Si no es un día soleado, procura ir al exterior al menos quince minutos para que respires aire fresco.
- Cena inteligentemente. Ir a la cama muy hambriento o con el estómago lleno es perjudicial para descansar de una forma adecuada, lo mismo cuando se trata de bebidas: la cafeína y el alcohol dificultan un descanso tranquilo. Elige una cena ligera y baja en calorías, verás que el descanso será mucho mejor.
- Busca la mejor alarma y el mejor lugar para ponerla. Experimenta con el primer sonido que quieres escuchar al despertar, la hora y dónde colocarás tu despertador para que te beneficien al momento de despertar. Por ejemplo, puedes elegir sonidos tranquilos en lugar de algo muy ruidoso para iniciar tu día de forma relajada. Si lo prefieres, puedes elegir una canción que te haga feliz y te motive a despertar de buenas.
- Evalúa tu día. Despertar pensando en todas las cosas que no quieres hacer, en los pendientes o en las preocupaciones no es un buen motivador para salir de la cama. En lugar de eso, considera todas las cosas buenas que pasarán: ver a tu familia, amigos, divertirte y aprender cosas nuevas.
- Desayuna algo rico. Para sacar lo mejor de ti, nada mejor que un buen desayuno. Créenos: las mañanas son mucho mejores cuando no tienes hambre. Los carbohidratos y las proteínas matutinas llenan tu día de energía para mantenerte despierto.
Una vez que lograste despertar temprano y de buen humor, ¡ya estás del otro lado! Puedes utilizar ese tiempo extra para hacer cosas nuevas, disfrutar tranquilamente de un café preparado por ti o manejar cuando todavía no hay tráfico. Piensa todas las mañanas en cinco cosas que agradezcas de la vida e inicia tu día con una sonrisa.
Los cambios no deben ser necesariamente drásticos, pero es importante que sepas que será distinto a lo que has hecho siempre. Puede ser un poco incómodo al principio, pero cuando te acostumbres verás que vale la pena.
¿Conoces más formas de despertar más fácilmente y con una sonrisa? ¡Cuéntanos en los comentarios! No olvides compartir esta información con los que más quieres para que juntos cuidemos nuestro bienestar.