Donar sangre es una de las actividades más generosas que existen, y puede ser una de las más significativas en la vida de algunas personas. Sin embargo, existen mitos y miedos que muchas veces no nos permiten acercarnos al banco de sangre para convertirnos en donadores voluntarios. Aquí te presentamos datos interesantes que pueden hacer que veas la donación de otra manera.
¿Cómo es el proceso de donación?
El proceso de donación es muy rápido (toma menos de media hora) y no es doloroso. La extracción se hace a través de una pequeña zona de la piel, generalmente del brazo, utilizando una aguja estéril.
Tiene tres fases:
- Encuesta privada – Se hace para conocer los hábitos de vida del donador, y asegurarse de que no haya ningún condicionante que le impida donar.
- Valoración clínica – En una valoración rápida, el médico decide si la persona está en buenas condiciones de salud, algo indispensable para la donación.
- Extracción de sangre – Se realiza siempre con el uso de una aguja estéril. Después de la extracción se le entrega al donante un refrigerio y líquidos para evitar que se maree.
¿Todos pueden donar?
Desgraciadamente, no. Para que la sangre que el paciente reciba sea segura y para proteger la salud del donante, éste último debe cumplir con una serie de requisitos, entre los que se encuentran:
- Tener más de 18 años y menos de 65
- Mantener conductas de vida saludable (no haber utilizado drogas intravenosas, no haber tenido relaciones sexuales con personas involucradas en una situación de riesgo, etc.)
- Pesar más de 50 kilogramos
- No haber consumido alimentos grasosos en al menos 3 horas
- No haber consumido bebidas alcohólicas en las últimas 24 horas
- Tener una presión arterial que se encuentre en los límites de lo normal (alrededor de 120/80)
Grupos sanguíneos
Un tema muy relacionado con la donación de sangre es el de los grupos sanguíneos. Un grupo sanguíneo es una clasificación de la sangre de acuerdo con las características de la superficie de los glóbulos rojos y del suero de la sangre.
Hay dos cosas que se consideran para describir el grupo sanguíneo en humanos:
- Antígenos
- Factor Rh
Los antígenos son moléculas pegadas a la superficie de los glóbulos rojos y pueden ser de dos tipos: A y B. Cuando una persona tiene sangre tipo A, es porque sus glóbulos rojos tienen antígenos A, y lo mismo aplica para las personas con sangre tipo B. Cuando ambos antígenos están presentes en la sangre de alguien, entonces tenemos un tipo AB. Pero ¿y el tipo O? Bueno, pues decimos que es tipo O aquella persona que no tiene antígeno alguno en su sangre.
El factor Rh tiene una historia interesante. Fue descubierto en 1940 por el doctor Landsteiner, que estaba haciendo experimentos con monos Rhesus. Landsteiner se dio cuenta de que había sangre humana que reaccionaba ante un componente de sangre de monos Rhesus, y también había sangre humana que no reaccionaba en absoluto. A la que reaccionaba, la denominó Rh positivo y a la que no reaccionaba la denominó Rh negativo.
Así que ya lo sabes: si eres tipo O+ es porque tu sangre no tiene antígenos A o B y porque reacciona a la sangre de mono Rhesus.
¿Y esto por qué es importante?
Esto es bien importante porque si la sangre que se recibe no es compatible con la que tiene el receptor, pueden ocurrir cosas terribles: hemólisis (rompimiento de los glóbulos rojos), anemia, fallo de los riñones… inclusive shock y muerte. Por eso hay que administrar la sangre adecuada, y los bancos de sangre deben tener suficiente para gente de cualquier grupo sanguíneo.
La persona que es tipo O negativo se denomina donador universal, porque como su sangre no tiene antígenos y no reacciona con nada, es compatible con cualquier grupo sanguíneo y se le puede administrar a todo mundo. En cambio, si lo necesita, esta persona sólo puede recibir sangre tipo O negativo.
La que tiene sangre AB positiva es la que llamamos receptor universal porque, como tiene todos los antígenos y el factor Rh, puede recibir sangre de cualquier grupo sanguíneo sin ningún problema. Esta persona, sin embargo, sólo puede donarle sangre a receptores tipo AB positivo.
De ahí la importancia de que todos donemos sangre, para que los bancos de sangre de los hospitales estén mejor preparados para salvarle la vida a todos aquellos que llegan a sus instalaciones con necesidad de una transfusión. No nos cuesta más que un piquetito en el brazo y menos de media hora. ¡Hagamos una diferencia!