Enfrentémoslo: en la vida cotidiana, la mayoría de nosotros estamos expuestos al estrés y a la ansiedad. Esto nos hace sentir cansados y nos quita una buena cantidad de la energía que necesitamos para funcionar normalmente. Pero, por suerte, hay muchos métodos que nos permiten liberar el estrés, la ansiedad y el miedo y que, además, no toman mucho tiempo.
La Escuela de Medicina de Harvard publicó en el 2008 un artículo con varias técnicas de respiración que denominó “mini-relajaciones”. Éstas te pueden servir mientras consultas a tu médico, antes de una reunión de trabajo importante, cuando estás atrapado en el tráfico o cuando estás enfrentando una situación que te molesta. ¿Lo mejor de todo? ¡Puedes hacer la que tú quieras dependiendo del tiempo que tengas!
¿Tienes un minuto? Pon tu mano justo debajo de tu ombligo y siente cómo se mueve tu estómago mientras respiras. Toma aliento despacio. Sostenlo y cuenta hasta tres. Exhala. Cuenta hasta tres. Repite esto durante un minuto. Otra forma de hacerlo es respirar profundamente diciendo en voz muy baja “estoy” mientras inhalas y “en paz” mientras exhalas.
¿Tienes dos minutos? Haz una cuenta regresiva de 10 a 0 muy despacio. Con cada número, haz una respiración completa, inhalando y exhalando. Por ejemplo, inhala mientras dices “diez” y exhala con lentitud. Sigue con el resto de los números.
¿Tienes tres minutos? Siéntate y concéntrate en relajar tu cuerpo. Relaja los músculos de tu cara. Suelta tu mandíbula. Deja que tus hombros se relajen y suelta tus brazos hacia tus costados. Abre tus manos y no cruces tus piernas o tus tobillos. Toma conciencia de tu cuerpo: siente tus brazos, tus piernas, tu pecho. Ahora respira profundamente con lentitud. Con cada respiración, trata de relajarte más.
¿Tienes de cinco a diez minutos? Intenta usar tu imaginación. Siéntate cómodamente y respira profundamente. Ahora imagina que estás en un lugar que te haga sentir bien o te traiga buenos recuerdos. ¿Cómo huele? ¿Qué puedes escuchar? ¿Qué hay ahí? ¿Cómo son los colores? Enfócate en tus sentidos: lo que sientes, lo que ves, lo que escuchas. Si te encuentras con pensamientos intrusivos, déjalos ir con tranquilidad y concéntrate por unos minutos en el mundo que has creado. No olvides respirar.
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