La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones haciendo dolorosa la respiración y limitando la absorción de oxígeno. Esta enfermedad afecta principalmente a adultos mayores, niños muy pequeños, así como fumadores, personas con diabetes, hipertensión, cirrosis hepática y otras condiciones que bajen las defensas del cuerpo.
De acuerdo a estadísticas oficiales de la Unicef, la neumonía infantil es la principal causa de muerte en niños menores de cinco años. Tan solo en el 2011 causó la muerte de 1.3 millones de pequeños y fue responsable del fallecimiento de casi uno de cada cinco niños.
En nuestro país se calcula que las personas mayores a 50 años son quienes se encuentran más propensos a esta enfermedad, ya sea por neumococo, hipertensión, diabetes o incluso por un resfriado mal cuidado y el consumo de tabaco.
Esta enfermedad puede ser causada por bacterias, virus y hongos. La neumonía causada por bacterias tiende a ser la más grave. En adultos, las bacterias son la causa más común de neumonía.
Puede transmitirse por diversas vías:
- Los virus y bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta pueden infectar los pulmones al inhalarse.
- También pueden propagarse por vía aérea, en gotículas producidas en tosidos o estornudos.
- Además, la neumonía puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en el periodo inmediatamente posterior.
Los síntomas de la neumonía viral y los de la bacteriana son similares, aunque los de la viral pueden ser más numerosos que los de la bacteriana. Estos incluyen:
- Respiración rápida o dificultosa
- Tos
- Fiebre
- Escalofríos
- Pérdida de apetito
- Silbido al momento de respirar (más común en infecciones virales)
No lo olvides, la neumonía puede evitarse tomando algunas simples precauciones como:
- No fumar.
- No exponerse al aire frío o cambios bruscos de temperatura.
- Evitar los lugares cerrados con personas enfermas, ya que es contagiosa.
La neumonía puede tratarse con antibióticos, y algunas veces puede tratarse eficazmente en el hogar. Sin embargo, según datos del INEGI, hasta el 2011 más de 15 mil personas perdieron la vida a causa de esta enfermedad. Es ahí donde radica la importancia de visitar al médico a la primera señal o síntoma para recibir un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado. No lo eches en saco roto, por favor cuídate.