Seguramente, en más de una ocasión has escuchado hablar del ahogamiento, sin embargo, es importante saber que una vez que “pasa el peligro”, el riesgo en la víctima sigue latente.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ahogamiento es el proceso de sufrir dificultades respiratorias por sumersión o inmersión en un líquido provocando, en algunos casos, el fallecimiento.
Asimismo, la OMS informa que el ahogamiento es la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo y que al año fallecen, por ahogamiento, 372 mil personas.
Relacionada a esta problemática también existe otra causa de deceso esta es el ahogamiento secundario.
¿Qué es?
También es conocido como casi ahogamiento, éste consiste en un síndrome respiratorio que se presenta de 48 a 72 horas después de haber estado sumergido en el agua por un periodo de tiempo considerable.
¿Cuál es su causa?
La causa del ahogamiento secundario se debe a que el agua puede entrar hasta los alvéolos, pequeños sacos encargados de absorber oxígeno y eliminar dióxido de carbono. Cuando el agua llega a los alvéolos puede provocar irritación anormal y la pérdida de surfactante, una sustancia capaz de reducir la tensión superficial dentro de los alvéolos evitando que éstos colapsen.
Es por esto, que si una persona ha atravesado por una situación de ahogamiento, es muy importante que reciba primeros auxilios y, sobre todo, vigilancia médica durante las horas posteriores al incidente.
¿Cuáles son sus síntomas?
Es probable que la persona haya respondido efectivamente a las maniobras de reanimación cardiopulmonar, sin embargo en ocasiones, puede comenzar a sentir los siguientes síntomas:
- Inflamación abdominal
- Tener la cara en tono azul o morado, principalmente, alrededor de los labios
- Piel fría y apariencia pálida
- Dolor en el tórax
- Tos
- Sensación de cansancio y confusión
- Sentirse agitado
- Realizar respiraciones poco profundas o jadeos
- Vómito
- Pérdida del conocimiento
Prevención y primeros auxilios
Prevenir este tipo de accidentes es posible sólo necesitas seguir estos consejos:
- No permitas que los niños naden sin la supervisión de un adulto, aún y cuando sean muy hábiles para nadar.
- Si vas a nadar, evita consumir alcohol de esta manera estarás en tus cinco sentidos al momento de introducirte a el agua.
Si una persona está ahogándose, toma en cuenta lo siguiente:
- Si no tienes la seguridad sobre cómo actuar, abstente de ingresar al agua
- Si la persona ha dejado de respirar, comienza de inmediato técnicas de primeros auxilios como la de respiración boca a boca o la de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
- Procura mover con cuidado a la persona que se está ahogando ya que puede tener una lesión en su cuello o columna.
- Mantén la cabeza y cuello de la persona quietos durante la reanimación cardiopulmonar y durante su traslado.
- Busca asistencia médica lo más pronto posible.
Ahora ya lo sabes, cuidemos a nuestros hijos y no tomemos a la ligera este tipo de accidentes, brindémosles la asistencia médica que necesitan y con ello evitemos ahogamientos secundarios.