¿Sabías que tu dieta puede hacer una gran diferencia en la historia del cáncer? Algunos alimentos incrementan el riesgo de padecer esta enfermedad, mientras que otros ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. Seleccionando los alimentos correctos puedes prevenirlo.
Es muy importante que la mayoría de alimentos que consumimos vengan directamente de las plantas y no hayan sido procesados o modificados por el hombre, ya que generalmente éstos sólo contienen altos contenidos de sodio, azúcar, grasas y calorías.
Los alimentos que provienen directamente de las plantas, como las leguminosas, frutas, verduras y cereales tienen menos grasa.
Cuando vayas a revisar las cantidades no olvides que los productos lácteos, carne, pollo y pescado no deben ocupar más de 1/3 del plato y los 2/3 restantes deben ser de granos enteros, frutas, leguminosas y abundantes verduras.
Tips para consumir los alimentos en su forma natural:
- Cambia el puré de tomate envasado por jitomate natural
- Cambia los jugos enlatados o refrescos por una fruta
- Cambia las galletas por un plato de avena natural
Tips para el cuidado de la alimentación en cáncer:
- Dietas con bajo contenido en grasa
- Restricción de lactosa
- Administración de probióticos
- Empleo de enzimas pancreáticas
- Uso de dieta ele
- Consumo de Omega 3 (en almendras o suplementos)
- Consumo de antioxidantes (vitamina A, E y C)
- Ácido fólico (presente en las hojas verdes)
Ejemplo de menú para prevenir el cáncer:
- Desayuno. Un plato de avena acompañado de frutas y semillas, como nueves o almendras.
- Comida. Ensalada que contenga leguminosas y verduras. Si consumirás arroz o pasta, prefiere los integrales e incluye una porción de 100 a 120 gr. de proteína, de preferencia evitando la carne roja.
- Colaciones. Procura comer frutas o verduras crudas para evitar la pérdida de vitaminas y minerales.
- Cena. Selecciona algo ligero, como un sándwich o una ensalada de verdura.
Lo que comemos o dejamos de comer tiene un impacto directo en nuestro organismo, incluyendo el riesgo de cáncer. Sin saberlo, muchas veces estamos eligiendo alimentos que nutren a las células cancerígenas. La mejor dieta para esta enfermedad es una variada en verduras, frutas y granos integrales.